La insulina es una hormona producida normalmente por las células beta de nuestro páncreas, sin embargo diversos factores: herencia, malos hábitos alimenticios, así como ayunos prolongados o consumo excesivo de azúcares pueden provocar que la producción disminuya o se agote por completo o disminuya su calidad.
La función de la insulina es transportar la glucosa (azúcar) obtenida de los alimentos, desde la sangre hasta las células, que es dónde se aprovecha; cuando esta hormona es deficiente en calidad o cantidad, la glucosa se empieza a acumular en la sangre, produciendo la diabetes y dañando progresiva y lentamente la función de distintos órganos como los vasos sanguíneos más pequeños en los riñones, retinas, extremidades inferiores y nervios, entre otros, generando las neuropatías.
El objetivo de la aplicación de insulinas sintéticas es precisamente suplir el mal funcionamiento del páncreas y con ello mantener un nivel saludable de glucosa y de esa manera no afectar la salud.
Para lograr este objetivo se han producido distintos tipos de insulina, la diferencia más importante es su tiempo de acción y duración:
- Insulina de acción basal o prolongada que empieza a hacer efecto a las 6 horas de su aplicación y actúan durante 24 horas. Por ejemplo Lantus (Glargina) y Levemir (Detemir)
- Insulina de acción intermedia: empieza a hacer efecto de 2 a 4 horas posterior a la inyección y actúa durante doce horas aproximadamente. Ejemplo: Humulin N, Novolin N (NPH)
- Insulina de acción rápida: empieza a hacer efecto a los 30 minutos de aplicarse y actúa durante las 3 a 6 horas siguientes. Ejemplo; Humulin R, Novolin R.
- Insulina de acción ultra rápida: comienza a surtir efecto a los 15 minutos de su aplicación y está activa durante 2 a 4 horas. Ejemplo Humalog (Lispro) Novolong (Aspart)
Su médico será quien seleccione el tipo de insulina que más le convenga y su dosis, junto con un régimen alimenticio adecuado y un plan de actividad física, además le instruirá en su aplicación que es muy sencilla y prácticamente indolora.
Finalmente, es común escuchar que la insulina hace daño o produce ceguera, sin embargo, años de estudios científicos han demostrado que el daño es producido por estar expuestos durante mucho tiempo a niveles altos de glucosa por lo que es muy importante iniciar el tratamiento con insulina si el control con medicamentos por vía oral es complicado.
Recordemos que es fundamental estar bien informados por un médico experto, quien nos dará las mejores herramientas para el cuidado de nuestra salud.