La medición constante de la glucosa es básica para conocer los cambios que se presentan ante una nueva actividad física, un cambio en el tratamiento médico o un régimen alimenticio. El control adecuado previene las complicaciones de la diabetes.
Diferentes situaciones de la vida diaria de las personas que viven con diabetes pasan inadvertidas pero pueden ocasionar una elevación de la glucosa. Por ejemplo, si consumió alimentos, que están fuera de su régimen alimenticio común, puede ocasionar un aumento de los niveles de glucosa. Tal vez se automedicó y esas medicinas le ocasionan un descontrol en sus niveles de glucosa. Ésta y otras situaciones pueden ocasionar un descontrol, de ahí, la importancia de la medición constante de la glucosa. En ocasiones, las personas que viven con diabetes se sienten “bien” y piensan que no pasa nada y dejan de llevar un control puntual, como lo hacen cuando se sienten mal. Se confían y no se dan cuenta que su glucosa está variando y esto les empieza a provocar complicaciones en algunos órganos de su cuerpo.
Usted puede presentar las siguientes cifras de glucosa: en ayuno 80 a 130 mg/dL y después de los alimentos: <180 mg/dL siendo éstos niveles adecuados.
En otro caso, puede presentar cifras adecuadas de glucosa en ayuno (80 a 130 mg/dL), pero elevadas después de los alimentos >180 mg/dL
Puede presentar la glucosa fuera de los rangos recomendados en ayuno si tiene >130mg/dL y si después de los alimentos tiene > de 180 mg/dL
Cuando algunas de las mediciones esté fuera de rango es importante acudir con su médico para saber qué es lo que le está provocando el descontrol. Él hará las modificaciones correspondientes al tratamiento y las recomendaciones al estilo de vida que provoca este descontrol.