Según la UNICEF, “México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en obesidad en adultos, precedido sólo por los Estados Unidos. Problema que está presente no sólo en la infancia y la adolescencia, sino también en población de edad preescolar. Datos de ENSANUT (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición) indican que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 19 años presenta sobrepeso y obesidad. Para los escolares, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad ascendió un promedio del 26% para ambos sexos, lo cual representa más de 4.1 millones de escolares conviviendo con este problema”. Esto representa una cifra alarmante debido a todo el abanico de enfermedades a las que se exponen desde temprana edad como: diabetes, aumento de colesterol, triglicéridos, hipertensión arterial, así como otras enfermedades cardiacas, síndrome metabólico, problemas en articulaciones y columna vertebral, por nombrar algunas.
Las estadísticas que acabamos de presentar son para sensibilizar a los lectores en la importancia de enseñar a los niños buenos hábitos alimenticios y para entrar en materia, hablaremos del ejemplo, ya que los niños aprenden y siguen el ejemplo de los adultos que los rodean. No podemos inculcar en ellos hábitos saludables si no los tenemos nosotros como su figura más importante.
Algunas acciones sencillas para fomentar dicho estilo saludable son:
1. Incluir más verduras y frutas, que son fuente natural de azúcares saludables, en lugar de harinas como pan, cereales de caja, galletas o pastelillos que no tienen valor nutricional.
2. Servir agua simple, jugos naturales en lugar de bebidas azucaradas, en polvo o refrescos.
3. Ajustar las raciones de los alimentos en relación a sus necesidades de crecimiento y actividad física con la ayuda de su pediatra o médico especialista.
4. Evitar las sobremesas y ver televisión mientras se come pues estas distracciones nos llevan a comer más.
5. Servir porciones adecuadas para el niño sin insistir en que se coma más de lo que su estomago puede tolerar, por ello es importante consultar con su médico.
6. Es muy importante tener en nuestra despensa y refrigerador únicamente alimentos con valor nutricional para evitar esas “dulces tentaciones”
Finalmente tengamos presente que un niño requiere una alimentación de calidad para su correcto crecimiento y desarrollo tanto física como intelectualmente y que no necesariamente un niño necesita estar “gordito”, sin afán de denostar por el término utilizado, para ser un niño sano.